Autoconsumo Colectivo: Una guía en 5 pasos para comunidades de propietarios

El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) ha publicado una guía práctica para ayudar a las comunidades de propietarios a implementar instalaciones de autoconsumo de energía eléctrica.

Esta guía, titulada «5 Pasos para Autoconsumo en Comunidades de Propietarios», está diseñada para simplificar la tramitación y puesta en marcha de estos sistema y dirigida a ciudadanos, administradores de fincas y juntas de propietarios, ofrece un paso a paso claro que abarca desde la toma de decisiones hasta la elección del modelo más adecuado.

¿Qué es el autoconsumo colectivo?

El autoconsumo colectivo permite a vecinos de un mismo edificio, edificios cercanos (a menos de 2km), generar y consumir su propia energía, usualmente a través de paneles solares u otros sistemas de generación renovable. Esto proporciona una serie de ventajas, como un ahorro directo en la factura eléctrica y una menor dependencia de las fluctuaciones.

5 pasos clave para el autoconsumo en comunidades de propietarios

La guía de IDAE estructura el proceso de instalación de autoconsumo en cinco pasos esenciales:

  1. Toma de decisión: La comunidad de propietarios debe tomar la decisión de avanzar con la instalación de autoconsumo mediante una votación en la Junta de Propietarios. La Ley de Propiedad Horizontal regula este proceso, y es fundamental que se elija el tipo de autoconsumo más adecuado para cubrir las necesidades de la comunidad.
  2. Diseño y presupuesto: Una vez decidido el tipo de instalación, es necesario diseñar un proyecto personalizado que se ajuste al consumo y las características del edificio. Para ello, se recomienda realizar presupuestos con empresas instaladoras, evaluando factores como la ubicación de los paneles solares y las garantías ofrecidas. Dependiendo del tamaño de la instalación, también se requerirán trámites adicionales para asegurar el acceso a la red.
  3. Memoria técnica y permisos: La instalación debe contar con un proyecto o una memoria técnica, dependiendo de su tamaño. Además, la comunidad debe gestionar los permisos de obra correspondientes y liquidar las tasas aplicables en el Ayuntamiento. También se puede solicitar ayuda a la inversión en autoconsumo para reducir los costos iniciales del proyecto.
  4. Legalización de la instalación: El instalador de la instalación deberá tramitar el Certificado de Instalación Eléctrica (CIE) ante la autoridad competente. Este paso es fundamental para asegurar que la instalación cumple con la normativa vigente y puede integrarse de manera segura a la red de distribución.
  5. Puesta en marcha y distribución de la energía: Una vez que la instalación esté lista y legalizada, la comunidad puede comenzar a consumir la energía generada. Aquí es donde se define cómo se repartirá la energía entre los distintos consumidores, lo cual puede realizarse en partes iguales, según la aportación económica o en función de las necesidades de cada vecino. Es posible acordar modalidades con o sin compensación de excedentes, permitiendo que la energía sobrante se venda al mercado o se compense en la factura.

El autoconsumo colectivo no solo proporciona ahorro en la factura de electricidad, sino que también fomenta el uso de energías renovables y fortalece la independencia energética de las comunidades.

Implementar este tipo de soluciones es un paso crucial hacia un futuro más sostenible y una reducción en la huella de carbono. Además, al fomentar la cooperación entre los vecinos, el autoconsumo colectivo contribuye a fortalecer la comunidad y a crear conciencia sobre la importancia de la eficiencia energética.

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