En un mundo donde los resultados de la actividad humana han tomado forma en el cambio climático, las ciudades buscan maneras para mitigar su impacto de forma efectiva y rápida. La tecnología geoespacial se ha convertido en una herramienta fundamental en este proceso, proporcionando a las ciudades la capacidad de evaluar riesgos, reducir emisiones e incluso monitorizar el avance hacia sus objetivos climáticos.
¿Qué es la tecnología geoespacial?
Podemos definirla como un conjunto de herramientas, sistemas y datos que entregan información sobre ubicaciones específicas. Este campo incluye recursos como imágenes de satélite, sistemas de posicionamiento global (GPS), sistemas de información geográfica (SIG), teledetección, e incluso, la ubicación en redes sociales.
En el paper “Accelerating City Climate Action through Geospatial Data”, publicado por el Consejo Mundial de la Industria Geoespacial (WGIC) y el Pacto Global de Alcaldes para el Clima y la Energía (GCoM), se investiga este uso de estos datos y se relacionan con cómo las ciudades de todo el mundo están generando su transformación medioambiental apoyados por empresas que los entregan de manera eficiente y fácil de comprender.
El rol de los datos geoespaciales en la acción climática urbana
La tecnología geoespacial permite a las ciudades entender mejor sus emisiones de carbono y las vulnerabilidades climáticas a través de herramientas como los inventarios de gases de efecto invernadero (GHG) y las evaluaciones de riesgo climático. Al integrar datos de sensores, imágenes satelitales y modelos de datos, los gobiernos locales pueden tomar decisiones informadas para adaptarse al cambio climático.
El uso de datos geoespaciales para desarrollar evaluaciones detalladas de riesgos climáticos. Estas evaluaciones ayudan a las ciudades a identificar áreas de alto riesgo, como zonas propensas a inundaciones o con mayor vulnerabilidad a olas de calor. Empresas como ImpactE trabajan con estos datos en sus proyectos de planificación colaborando con municipios en sus estrategias de transición energética.
ImpactE aplica esta tecnología al calcular el potencial fotovoltaico de los municipios, un proceso que comienza con la creación de modelos 3D de la infraestructura urbana. A través de datos geoespaciales, ImpactE puede identificar las áreas óptimas para la instalación de paneles solares, maximizando así la generación de energía limpia y sostenible.
3 áreas clave de los datos geoespaciales en la energía fotovoltaica
1. Evaluación de riesgos y vulnerabilidades climáticas: Los datos geoespaciales ayudan a realizar evaluaciones de riesgos climáticos y a elaborar inventarios de emisiones de gases de efecto invernadero. Esto permite a las ciudades identificar áreas vulnerables y entender mejor sus perfiles de emisiones, facilitando la implementación de estrategias adaptativas específicas para cada región.
Por ejemplo, ImpactE incorporando estos datos en el diseño de instalaciones solares, se garantiza que cada proyecto no solo sea eficiente, sino también se adapte a las condiciones ambientales de cada ciudad.
2. Implementación óptima de energías renovables: Los datos geoespaciales son esenciales para determinar las ubicaciones óptimas para la instalación de energías renovables en áreas urbanas. Mediante herramientas de mapeo avanzadas, se pueden identificar superficies como techos y áreas abiertas en edificios, calculando la orientación e inclinación ideales para los paneles solares.
Esta precisión permite maximizar la generación de energía solar. Un ejemplo reciente es el Ayuntamiento de Torrevieja, que cuenta con un mapa solar accesible para la ciudadanía, lo que les permite conocer el potencial fotovoltaico de las cubiertas de la ciudad. Gracias al trabajo realizado con ImpactE, el ayuntamiento descubrió que podía llegar a cubrir hasta el 42% de las necesidades energéticas locales.
Esta implementación se basó, no sólo en el recurso solar disponible, sino también en los patrones de consumo de energía de la comunidad, creando soluciones de autoconsumo colectivo adaptadas a cada ubicación.
3. Monitoreo y evaluación de acciones climáticas: Además de facilitar la instalación de energías renovables, la tecnología geoespacial permite monitorizar y evaluar en tiempo real el rendimiento de los proyectos solares a largo plazo. ImpactE utiliza modelos de gemelos digitales y otras herramientas de monitoreo para realizar un seguimiento preciso, lo que permite ajustar las operaciones cuando es necesario y asegurar que las intervenciones sean efectivas.
Gracias a estos datos, las ciudades pueden medir el progreso en la reducción de emisiones y evaluar cómo sus proyectos de energía renovable están contribuyendo a la descarbonización urbana. Este enfoque basado en datos también permite a ImpactE ofrecer recomendaciones estratégicas para mejorar la eficiencia de cada instalación con el tiempo.
El informe “Accelerating City Climate Action through Geospatial Data” destaca la importancia de la colaboración entre el sector público y privado para lograr un impacto real en la acción climática. En este contexto, empresas como ImpactE que aplican esta tecnología, logran acercarla a las ciudades ofreciendo soluciones urbanas que no sólo resultan rentables, sino también fundamentales para construir un futuro más sostenible.
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